lunes, 25 de abril de 2016

ESPIANDO A LA SEÑORA MARTHA, ( RELATO CON FOTOS )

Una de mis aficiones por llamarlo de alguna manera es la del voyeour, el mirar sin ser visto. me causa un gran placer y morbo, y durante los últimos años e tenido la oportunidad de practicar esta cachonda afición ya sea con vecinas o amigas e inclusive hasta con algunas familiares que están de buen ver, y la ultima oportunidad que tuve fue en mi trabajo,

Para comenzar déjenme decirles que desde hace algún tiempo trabajo en una empresa que se dedica a reparar conexiones eléctricas que están en el subsuelo, o sea debo de meterme en muchas ocasiones en pequeños cubiculos que están llenos de cables, algunas veces es algo incomodo y en otras hasta me permite relajarme un poco, ya que nadie te ve, pues bien ese día había ido a atender a una cliente de un salón de fiestas, ya que con las lluvias se le habían echado a perder algunos cables y ese día le urgía tener corriente,


Cuando llegue al salón de fiestas pregunte por la dueña, pero uno de los ayudante me dijo que no estaba, pero que ya me esperaban y me llevo hasta una bodega en donde estaban los interruptores, me dijo que cualquier cosa que le echara un grito y después salio, yo de inmediato me dedique a trabajar, cheque las conexiones, cambie algunos cables, revise que hubiera corriente en todos lados y para mi sorpresa termine en menos de lo que me esperaba, así que teniendo tiempo de sobra, busque un lugar para relajarme en aquella bodega y como era algo grande, rápidamente encontré lugar en una esquina en donde había una gran saliente rectangular de concreto así que sin mas que hacer, me recosté en aquella cama de concreto, no llevaba yo mas de diez minutos así, cuando escuche la voz de una mujer, se escuchaba bastante cerca, así que rápidamente me levante, pensé que la dueña había ido a buscarme pero después de unos segundos, me di cuenta que la voz venían de la parte de arriba de donde estaba, y para ser exacto venia de una rendija que estaba tapada por una lamina, así que algo intrigado me subí a la cama de concreto y me asome por aquel espacio y vi que la voz que se escuchaba era de la señora Martha, la dueña del salón, que estaba platicando con su esposo, déjenme decirles que la señora Martha es una madurita que esta pero bien sabrosa, no es delgada pero no esta gorda esta sabrosa la señora, lo que mas me gusta de ella son sus piernas, tiene unos muslos tremendos y lo mejor es que gusta de usar minifaldas, lo que claro, deja ver sus piernas perfectamente y ese día llevaba una minifalda color gris que dejaba casi al descubierto la totalidad de sus piernas y desde donde estaba tenia un panorama perfecto, le podía ver hasta el encaje de las medias, me quede mirando a la señora durante unos minutos mientras pensaba en lo rico que seria poder acariciar esas ricas piernas y tenerlas sobre los hombros, sin duda seria un gran placer así que después de unos minutos deleitándome, decidí que no iba a desaprovechar esta oportunidad y me tenia que hacer la chaqueta de rigor, me desabroche el overol y sin mas saque mi verga, que ya para ese entonces comenzaba a ponerse en forma y comencé a acariciarme, no me la creía, tenia a la señora Martha a escasos centímetros de mi y además me la estaba chaqueteado mientras ella platicaba con su marido, 







sin duda alguna, esta iba a ser una chaqueta épica, así que con mas ganas continué sobandome la verga, estaba tan cerca de ella, que hasta podía oler su perfume, lo que me excitaba mucho mas, y la señora Martha sin percatarse de mi presencia, se movía de un lado a otro mostrándome sus piernas y después de unos minutos, la necesidad de terminar era inevitable y acabe salpicando la pared, me despegue durante unos segundos de aquella rendija, estaba algo agitado y no quería que me descubrieran y pensé que ya había terminado todo, y me asome para darle un ultimo vistazo, pero para mi sorpresa la señora Martha ya se había sentado, lo que provoco que su falda se subiera casi por completo y desde donde yo estaba podía ver sus piernas casi por completo, no creía tanta suerte, así que para no desaprovechar la oportunidad, de nuevo saque mi miembro y una vez mas comencé a masturbarme, 







la señora Martha continuaba platicando con su esposo mientras se movía de un lado a otro de la silla dejándome ver sus piernas perfectamente, y el echo de saber que su marido estaba a escasos metros me daba un morbo tremendo, lentamente volvía a ponerse erecto, mientras disfrutaba de aquel hermoso paisaje, cuantas veces no me había quedado babeando mientras veia a la señora martha y ahora, me estaba masturbando viéndole las piernas y ella ni en cuenta, y después de algunos minutos de nuevo me volví a a venir, ahora si se había terminado, acomode la lamina me abroche el overol y Salí de aquel cuarto,  

Fin...

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