Era una fiesta como cualquier otra
Mi amigo nos había invitado a su casa y ya entrada la noche necesite ir al baño, cuando pase por la recamara de su madre me di cuenta que la puerta estaba abierta, entre sigilosamente y me lleve la sorpresa de mi vida, ella estaba empinada sobre la cama con las piernas abiertas y un enorme consolador entraba y salia de su gran vagina, y ella gemia como loca, en ese instante, ella volteo hacia atrás y me miró a los ojos, pensé que se iba a molestar por haber entrado de esa forma, pero lejos de eso solo me dijo,
ME AYUDAS..