Me senté frente aquel espejo doble y a los pocos segundos apareció mi madre acompañada del entrenador del equipo, ella llevaba puesta su minifalda de porrista que hacia lucir tremendamente sus piernas y su actitud me hizo recordar a las mujeres de las películas porno, y en cuanto se sentó en aquel banco y el entrenador se bajó el cierre ella desesperada comenzó a succionar la verga del entrenador y yo no tuve de otra más que dejarme llevar
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